© Kake Regueira
Uno de los primeros libros de fotografía que leí fue «La fotografía en los viajes», de Tino Soriano.
Lo saqué prestado de una biblioteca y lo devoré. Ahí estaban mis dos pasiones juntas. La fotografía y los viajes. Y encima aquello era una profesión y se podía vivir de ello! Me fascinó la idea.
Existe una nueva edición de este libro que vale la pena tener: «Los secretos de la fotografía de viajes». Ha sido número uno en amazon durante mucho tiempo y te recomiendo que te hagas con un ejemplar. En esta publicación puedes leer más sobre el libro.
Pues bien, años más tarde (bastantes), conocí a Tino Soriano en persona. Llámale destino, providencia o simplemente suerte. Hemos coincidido en varias ocasiones en las que hemos compartido conversaciones y risas a partes iguales. He podido aprender de él en primera persona. De su pasión por la fotografía y de su pasión por la vida. ¡Quién me lo hubiera dicho cuando devoraba ese viejo libro de biblioteca de páginas arrugadas!
Considero que he tenido una buena vida. Fácil, privilegiada. Del primer mundo. Me he desarrollado como persona. He realizado lo que he querido (más o menos). No me arrepiento de lo que he hecho ni de las decisiones que he tomado. Bueno, sí. Me arrepiento de una cosa. Una sola. Y precisamente es algo que no he hecho.
No me he atrevido a soñar en grande.
Como nunca me atreví a soñar que un día conocería a Tino y que acabaríamos teniendo esta hermosa complicidad que quedaría inmortalizada por Kake Regueira en forma de fotografía. Que está mal que lo diga yo, pero estamos radiantes los dos!
Por suerte aún estoy a tiempo de poner remedio y empezar a soñar en grande desde esta misma templada noche de invierno. Que no quiero seguir arrepintiéndome de no haber soñado lo suficiente. Espero que a ti tampoco te pase.
De momento te dejo la planificación de viajes fotográficos para el 2023, donde ya he empezado a cumplir algunos de mis sueños. Y si también son los tuyos, adelante. Ven y únete a una de mis expediciones fotográficas.
Te deseo un año lleno de grandes y atrevidos sueños (no hace falta que sean dulces).
Por cierto, ¿cuáles son tus sueños? Cuéntame.