Al volver de un viaje necesito unos días para digerir lo vivido, asimilar lo que me resulta nutritivo y sacar un aprendizaje.
Pues de mi último viaje a Cabo Verde he sacado dos. Y quiero compartirlos contigo.
“La vida hay que vivirla con ligereza”, me dijo un chico con quien mantuve una conversación trivial. Esta frase quedó grabada en mi cerebro y se ha convertido en mi lema de vida. Bueno, en uno de ellos. Confieso que suelo cambiarlos con cierta frecuencia, pero en fin, la vida es eso, cambio y evolución.
Cuántas veces nos complicamos la vida inútilmente. Cuántas cargamos con pesos injustificados, como miedos, preocupaciones, responsabilidades excesivas…
Definitivamente, ligero se vive mucho mejor. Entiendo la ligereza como no llevar un exceso de peso ni en tu equipaje físico, ni en tu mente ni en tu alma. Tenemos un número finito de días en esta vida, y no sabemos cuántos nos quedan. No tengo ninguna duda de que cuánto más ligeros vivamos, sin complicaciones, más vamos a disfrutar.
Otro aspecto que me llamó la atención de los caboverdianos es su forma de despedirse. En un tono serio y solemne dicen “Firmeza” y chocan los puños.
Me parece una forma muy noble de decir adiós. Lo probé en varias ocasiones y la verdad es que me sentí fuerte, empoderada, digna. Me fui con la cabeza alta.
Cabo Verde es un país que ha sufrido. Fue colonia portuguesa hasta 1975. Presenta insuficiencia de agua. La mayor parte de las islas son áridas y escasean las tierras cultivables. La tasa de emigración es altísima: hay más caboverdianos viviendo fuera que dentro del país. Pero a pesar de todo, la población mantiene su firmeza.
Mi segundo aprendizaje, pues, es que en la vida hay que mantenerse firme, sean cuales sean las circunstancias. Entiendo la firmeza como saber estar en tu lugar. Hacer las cosas lo mejor posible. Mantenerte fiel a tus ideales y creencias.
Y tú, ¿qué aprendizaje has sacado de tus viajes?
Te leo en los comentarios.
Lo que he aprendido al viajar ..conocer otras culturas ,ver otros puntos de vista y respetarlos todos .Viajando es como más se enriquece el alma, eso creo ….Me encanta esta forma de ver la vida , con ligereza y firmeza ..tenemos que aprovechar el tiempo se nos ha dado , luego te enfrascas en cosas sin importancia que son triviales …y hay momentos en los que tienes que defender lo importante …por eso me gusta viajar
Estoy de acuerdo en que viajar te enriquece. Para mí es una de las mejores inversiones en uno mismo.
El viajar me proporciona descubrir gentes, lugares y modos de vida diferentes al mio. Compartir con compañer@s nuevos gente que no conocia antes. Me nutre ver que se puede vivir de muchas formas y sencillas.
Hace tiempo que descubrir que para vivir no es necesario mucho equipaje ( aunque es cierto, aun estoy en el camino de ir reduciéndolo)
Y sobre todo el equipaje que más nos pesa es el emocional.
Los viajes que más disfruto son los que podemos visitar aldeas i paisajes en su estado natural es decir evito las civilizaciones, masificades. Me gusta ver y poder dialogar con la gente ( aun siendo timida, lo consigo con ayuda de mi Guia) son viajes de crecimiento personal me ayudan a valorar que no se necesita mucho para vivir feliz, la felicidad a mi me la da poder vivir dia a dia en el momento presente,
Me gusta viajar com mi Cámara, y poder llevarme lo que para en aquel momento senti. Disfruto del viaje antes, mientas i despues
Gracias Mireia por acompañarme y enseñarme viajar de distintas formas
Tienes una manera de viajar tan bonita, Pili.
Es un placer haber compartido viajes contigo. Y los que nos quedan!
Asimilar las experiencias y sacar aprendizajes tras regresar de un viaje… Es como si mi mente y mi corazón necesitaran deconstruir el caleidoscopio de imágenes, sonidos y emociones que he acumulado en esos días o semanas lejos de casa. Sin duda, lo que más me gusta de viajar es la apertura. Viajar me abre la mente, me expone a nuevas culturas, me obliga a salir de mi zona de confort y a repensar mis propias creencias. Es como si me despertara de un letargo y me recordara la inmensidad y diversidad del mundo. Me encanta conocer gente nueva, probar comidas diferentes, aprender nuevas palabras y descubrir costumbres que jamás hubiera imaginado. Viajar me enseña a ser más tolerante, a apreciar la diferencia y a respetar las distintas formas de vida. También me gusta viajar para conectar conmigo mismo. En la quietud de un nuevo lugar, lejos del ruido de la rutina, puedo escuchar mi voz interior y reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. Viajar me ayuda a ser más consciente del presente y a apreciar los pequeños detalles.
En definitiva, viajar es para mí una forma de crecer, de aprender, de descubrirme a mí mismo y al mundo que me rodea. Es una experiencia enriquecedora que me llena de vida y que me deja recuerdos imborrables.
Para aquellos que comparten esta pasión por viajar, les recomiendo el libro «Todo lo que se mueve» de Valeria Mata. En este libro, la autora narra sus viajes por el mundo de una manera poética y reflexiva. Sus palabras nos invitan a mirar con otros ojos los lugares que visitamos y a encontrar la belleza en lo cotidiano. «Todo lo que se mueve» es un libro que nos inspira a viajar, a abrirnos al mundo y a descubrir la magia que se esconde en cada rincón del planeta.
«Apertura», me gusta. La incorporo a mi lista de aprendizajes también.
Gracias por la recomendación del libro, parece muy interesante.
Empatizo con tus reflexiones Mireia. Viajar supone además, en mi caso, un cambio de escala, -necesario- , favorecedor de la percepción abstracta y sensitiva de lo que me rodea. Enriquecedor.
Por la misma razón és también un estímulo para la mirada fotográfica. En cierto modo adueñarse un poco de los tiempos.
Ese cambio de percepción favorece la creatividad. Y eso se plasma en tus fotografías.
Que cal ser humil i respectuòs amb tot, viatjant i en la vida. Que no deixa de ser un viatge també.
Salut Mireia
Totalment d’acord.
Una abraçada, Àlex.
Hola Mireia, yo también necesito unos días para digerir y asimilar cualquier viaje que haya realizado, y para ello me va perfecto la gestión y edición de las fotos, que me ayudan a recordar cada momento vivido.
Muy buen razonamiento lo de vivir ligero, la verdad es que la gente mas feliz del mundo es la que lleva una vida sencilla, nos tienen engañados con nuestras creencias y necesidades, pero es difícil dejarlas a un lado, pero es bueno descargarse de todo lo que puedas.
La verdad es que en mis viajes una de las cosas que he aprendido es a respetar todo, lo que veo, lo que oigo, lo que siento, y eso para mi es muy importante, aprender a escuchar y ponerse en la piel de los demás, te enseña a valorar tu vida y la de los otros. Y como tu bien dices hay que, saber estar, saber hacer, y ser fiel.
Y por último nunca digo adiós a la gente que he conocido, y aunque sepa que nunca mas nos volveremos a ver, me despido con un “HASTA SIEMPRE”
Hola Ramon,
Qué buenos todos los aprendizajes que comentas.
En cuanto a la edición de fotografías, a mí me resulta el pretexto ideal para volver a revivir el viaje a otro ritmo más pausado.
Hasta siempre, como tú dices
Yo destacaría varios aspectos pero quizás el más enriquecedor para mí respecto a viajar es la posibilidad de salir de la rutina y enriquecerse con nuevas dinámicas, culturas. Cuándo viajo miro de que de mi interior salga lo mejor de mi (me abro a la gente) ante el ingente abanico de oportunidades, experiencias y misterios que se abren al ir haciendo ruta o camino. Es en definitiva abrirse a lo desconocido. Viajar llena y agota a la vez pero te deja un poso para toda la vida.
Yo también creo que viajar nos hace estar más en contacto con nosotros mismos. Quizás porque estamos fuera de nuestro entorno, porque no nos sentimos juzgados…
Al viajar estamos más abiertos, más receptivos, y eso hace que nos ocurran más cosas (o que seamos más conscientes de ellas), que estemos más permeables a los estímulos. Al final lo que nos queda y recordamos son las experiencias vividas.
Cuántas cosas buenas que nos aportan los viajes!