Te encuentras estancado, fotográficamente hablando? Has llegado a un punto en que no avanzas? Tienes la sensación de que estás repitiendo siempre lo mismo y tus imágenes no mejoran?
Si tu respuesta es sí a alguna de estas preguntas, tranquilo, esto nos pasa tarde o temprano, a todos los que nos dedicamos a algo artístico. Y es más común de lo que piensas.
Para ayudarte a salir de este túnel comparto contigo 10 ejercicios para estimular tu tu creatividad. Y aunque no te sientas perdido, también te irán bien para crecer artísticamente. Allá voy:
Tendemos a hacer la mayoría de fotos en horizontal. Porque vemos el mundo en horizontal (tenemos un ojo al lado del otro) y porque la ergonomía de la cámara está pensada para sujetarla en vertical. Por eso precisamente debemos esforzarnos en hacer fotos en vertical.
Este ejercicio consiste en salir un día (o unas horas) a hacer fotos y hacerlas solo en vertical. Aunque veas que en horizontal va a quedar mejor, no importa. Tú dispara en vertical. El formato vertical es más sintético que el horizontal, así pues estarás trabajando para componer con menos elementos.
O lo que viene a ser lo mismo, prohibido utilizar el zoom.
Llevar en tu cámara un objetivo de focal fija, te obliga a moverte para buscar el encuadre y la composición adecuada. Esto te hará ser mucho más activo, porque tendrás que acercarte o alejarte del sujeto, según el punto de vista que quieras, y te fijarás más en la composición. Además aprenderás a qué ángulo de visión corresponde la distancia focal que estás utilizando, ya que con las ópticas con zoom vamos girando el anillo de zoom sin ser conscientes si estamos fotografiando a 25mm o a 70mm.
Si no dispones de un objetivo de este tipo fija tu zoom en una distancia focal concreta y no lo toques en todo el rato. Incluso puedes poner un poco de cinta adhesiva para asegurarte que no lo moverás sin darte cuenta.
Este ejercicio va de contención. Antiguamente, con la fotografía analógica, solo disparábamos un número determinado de fotos, porque cada carrete era de 24 o 36 disparos, y solo llevábamos unos pocos carretes de viaje ya que costaba dinero, tanto comprar el carrete como después revelarlo.
Esto hacía que analizáramos la escena antes de tomar la fotografía y valorásemos bien todos los parámetros. En fotografía analógica, como podemos hacer todas las fotos que queramos, disparamos a lo loco, sin pensar. Creemos que haciendo más fotos tenemos más probabilidades de que salgan bien. Y no es así. La foto hay que pensarla.
Hoy sal a hacer fotos y no hagas más de 24. O sea que piénsatelo bien antes de disparar. Ah, y no se vale borrar.
Olvídate del color. Aunque siempre decimos que es mejor tomar la fotografía en color y después pasarla a blanco y negro mediante software, este ejercicio consiste en que pongas tu cámara en blanco y negro, de modo que veas el mundo en blanco y negro directamente a través del visor. El color es muy distractivo. Tú cerebro se engancha en los colores y ya no profundiza más. Al no ver color, te esforzarás en explorar los tonos, las texturas, las luces…
Del mismo lugar (o sujeto) y con el mismo encuadre. Por ejemplo, lo que ves desde tu ventana, o a la plaza de al lado de tu casa. Se trata de que explores cómo cambia la luz natural y al cambiar esta, cómo cambia la percepción de tu foto (las emociones). Verás cómo la luz modifica tu fotografía.
Inactiva la pantalla de tu cámara o tápala con un papel, para evitar tentaciones. Al hacer las fotos sin ver el resultado final, tendrás que fiarte más de tu instinto y te obligarás a esforzarte en observar más a través del visor (o sea, antes de hacer la foto), y no en la pantalla (una vez la foto está realizada).
Acude a un evento cualquiera (concierto, partido deportivo, una fiesta…) y fotografía todo lo que rodea al evento, menos el hecho en sí. Es decir, céntrate en los preparativos previos, en las reacciones del público, en los trabajadores del evento, etc. Puedes aprovechar estas fechas y practicar con el desfile de carnaval. Fotografía todo menos el desfile en sí. Con las fotos obtenidas, haz un breve reportaje, con 6 u 8 imágenes. Esta es una buena manera de mejorar tu capacidad para contar historias.
Pero con mirada de fotógrafo. Fíjate en las luces, los encuadres, las situaciones, los fondos. Pero sin hacer fotos. No harás las fotos físicamente, pero sí las estarás haciendo en tu cerebro. Estás entrenando tu cerebro a mirar, sin la presión de tener que hacer la foto.
Revisa tus imágenes en el ordenador y pon las que más te gusten en una carpeta. Luego analiza esa carpeta de tus fotos preferidas. Cómo son las imágenes? De qué temática hablan? Naturaleza, urbanas, retratos…? A qué hora del día están hechas? Medio-día, atardecer, noche…? Qué tipo de óptica has utilizado? Teleobjetivo, gran angular…? Analiza cuales son tus fotos favoritas y porqué.
Con tiempo. Y solo. Permítete estar el rato que te haga falta delante de cada fotografía, en silencio, contigo mismo. Déjate llevar por la imagen. Viaja por la foto. Hazte consciente de las emociones que sientes enfrente de cada imagen. Respira la foto. En algún nivel de tu cerebro se están generando nuevas conexiones neuronales, nuevas ideas… Llámalo inspiración.
Ya sabes, lo importante en fotografía, como en cualquier disciplina, es practicar para ir desarrollando capacidades. Qué te parecen estos ejercicios? Has probado alguno de ellos? O conoces algún otro que te gustaría compartir? Cuéntame tu experiencia.
Mireia, como siempre, inspiradora! Este finde ya tenemos deberes!
Gracias!
Gracias Carme! Ahora toca practicar.
De nada, Albert. Me alegra saber que los artículos que escribo te parecen interesantes. Saludos!