Un proyecto solidario
Unos días atrás recibí un e-mail de la Fundación Vicente Ferrer (FVF) pidiendo ayuda para hacer frente a la emergencia sanitaria originada por la covid-19. Pude sentir la desesperación al leerlo. Sus hospitales están desbordados por la avalancha de enfermos que acuden a ellos y no tienen oxígeno suficiente.
Hace años que colaboro con la FVF, y pensando qué más podría hacer se me ocurrió lanzar el proyecto solidario «Fotos por oxígeno», que consiste en vender mis fotografías realizadas en India y donar el importe recaudado (una vez descontados los gastos de embalaje y envío) a la FVF para que puedan disponer de un generador de oxígeno propio que garantice su suministro a los pacientes que llegan a sus hospitales.
Con estas donaciones, además de llevarte una bonita fotografía a tu casa, estás ayudando a salvar vidas en India, el país donde se están produciendo más contagios de covid-19 en el mundo.
1- Con la abuela. Es tradición que cuando un niño acaba de nacer los primeros días lo bañe la abuela, para que así la madre, que está enfrente mirando, aprenda a hacerlo.
2. Las sagradas. Las vacas son un símbolo de fertilidad y abundancia para los hindúes, y están protegidas por ley que prohíbe su maltrato y consumo como carne. Es habitual verlas pasear tanto en pueblos como en ciudades.
3- La gran ciudad. Bullicio, color, tráfico, gentío, comercios y comerciantes, ruido, ajetreo… Todo esto y mucho más en cualquier ciudad india.
4- Viviendas rurales. En las zonas rurales la vida es más tranquila, sobretodo cuando hay agua. El agua garantiza la agricultura y por tanto, la vida.
5- Atardecer. El cielo arde en el estado de Kerala, la tierra de los cocoteros.
6- La colada. Los ghats (escalones de acceso al río) lo mismo se utilizan para realizar rituales espirituales que para la colada. Lo místico y lo mundano se fusionan.
7- El dormido. Cualquier lugar es bueno para descansar un rato.
8- En el mercado. Este puesto del mercado transmitía una gran sensación de paz: los cereales bien colocados, la postura corporal del cliente, los tonos homogéneos de toda la imagen y la bicicleta antigua.
9- La vida en el tren. La vida discurre en el tren. Encuentros, desencuentros, miradas, conversaciones, juegos.
10- De noche. Aunque sea bien entrada la noche la vida sigue en las ciudades. Siempre encuentras comercios abiertos, puestos para comer y algún rickshaw (triciclo motorizado) que te ofrece llevarte donde sea.
11- Callejones. En Benarés muchos vienen a morir. Y otros empiezan aquí su vida. Por sus callejones se mezcla lo sagrado, la muerte y la vida. Todo forma parte de la misma rueda.
12- Peregrino. El peregrino que llega a Gokarna llega a su destino con toda la vida recorrida a sus espaldas. Ya no importa dónde va, sino dónde está.
El donativo lo puedes hacer por Bizum, Paypal o transferencia.
Mándame un e-mail (hola@mireiapunti.com) diciendo qué modalidad de pago y qué fotografía prefieres y te pasaré la información adecuada.
Al importe que donas hay que quitarle el coste de envío (unos 6€ aprox.) y el resto irá íntegro a la FVF.
Al finalizar la campaña enviaré por e-mail a todos los que hayáis colaborado las cuentas con la información de lo que se ha recaudado, de los gastos de envío que han habido, y del importe final que se ha donado a la Fundación.
Es el país que más me ha impactado de todos los que conozco, me sacudió, puso mis prioridades del revés, alteró mis conceptos de vida y muerte, sacó lo peor y lo mejor de mí.
He estado en India durante 6 meses, en dos viajes, y todavía no la entiendo. A veces la amo, a veces la odio. Incluso varias veces en el mismo día. Siempre digo que todo lo que te cuenten sobre India es verdad. Y todo lo contrario, también.
Fue el primer país en el que estuve cuando empecé mi vuelta al mundo en 2007 y siento una conexión muy especial con él y sus gentes. Aunque siempre hay quien te estafa y te toma el pelo, yo me quedo con todas las personas amables, curiosas, serviciales, inocentes…, que son la mayoría y ahora necesitan ayuda.
Hace unos 20 años que colaboro con la FVF. Primero apadriné a Mustaph, a quién conocí durante mi primer viaje a India. Cuando ya se hizo mayor y tuvo trabajo y familia, salió del programa de ayuda y entonces pasé a apadrinar a otro niño, Vinay, hasta el día de hoy.
Cuando me preguntan qué fue lo mejor de la experiencia de dar la vuelta al mundo, no tengo que pensar mucho: conocer a Vicente Ferrer en persona. Sin ninguna duda. Ya conocía su ONG, pero verle trabajar sobre el terreno, escuchar de su propia voz sus ideas y proyectos, sus deseos para los más pobres, su lucha para cambiar el mundo… Me maravilló. Me di cuenta que sí se pueden cambiar cosas. Por pequeñas e insignificantes que parezcan, pueden ser el inicio de algo mucho mayor. Una pequeña acción puede suponer un gran cambio.
Y así es como empieza este modesto proyecto «Fotos por oxígeno», que pretende llevar esperanza en forma de oxígeno a los más necesitados.
Un agradecimiento muy especial al laboratorio fotográfico VM FOTO que colabora en este proyecto patrocinando al 100% las impresiones de las fotografías.
La empresa de mensajería Nacex también colabora en el proyecto ofreciendo un descuento muy importante en el servicio de envío de las fotografías.