Todos recordaremos el 2020 como el año de la pandemia, el confinamiento, el año en que no pudimos abrazarnos, ni apenas reunirnos con las personas que queremos. Un año duro, sin ninguna duda.
Por lo que a mí respecta ha sido un año de pérdidas, tanto personales como profesionales, que han dejado huella.
A pesar de todo, tengo que reconocer que también me han ocurrido cosas buenas. He parado, he descansado, me he tomado un tiempo de reflexión, he podido disfrutar de mi familia más cercana, he retomado el gusto por hacer las cosas despacio, he sido consciente de lo que es verdaderamente importante. Y me siento afortunada.
Siempre he confiado en el dicho «cuando se cierra una puerta, se abre una ventana». Pues yo creo que se han abierto dos.
Según dónde me focalice, el 2020 ha sido un año de crecimiento o ha sido un año horrible. De mí depende.
Lo mismo ocurre en fotografía. Según en qué aspecto te centres de la realidad que te rodea, tu imagen transmitirá una cosa u otra. Allí donde pongas el foco será el centro de interés de tu imagen y será donde el espectador fijará su atención. Por eso debes preguntarte qué es lo que quieres que destaque de tu foto y pensarlo antes de tomar la imagen, para que así consigas el efecto deseado.
Del mismo modo que te fijas dónde pones el foco en tus fotos, fíjate también dónde pones el foco en tu vida. Y haz que este 2021 sea tu año deseado.
Brindo por las nuevas posibilidades!